lunes, 29 de febrero de 2016

Llueve la tristeza





Llueve la tristeza
sobre el campo amargo,
caen gotas mustias
en aros viciados.

Y la tierra entonces
acoge en su manto
la ceniza turbia
de amor olvidado.

Llueven melodías
de gris desencanto
sobre los olivos
y los olmos blancos.

Sus ramas entonces
empapan el llanto
de vieja poesía
de verso elegiaco.

Llueven los recuerdos
de remotos años
sobre la armonía
del viento lejano.

Y la brisa entonces
esparce en el llano
la melancolía
de los días pardos.

¡Llueve la tristeza
sobre el campo amargo!
                                 (MjH)

martes, 9 de febrero de 2016

Baila la luna en el río







Baila la luna en el río
con sus volantes de escarcha,
los lunares de rocío
y de nubes las enaguas.

En la ribera, los juncos
miman su cara de plata
y el viento, su amante fiel,
besa su ocre mirada.

Por el aire se deslizan
los ecos de una guitarra,
que tiñen con sus acordes
de hechizo la noche clara.

 La luna sigue bailando,
la luna baila que baila
con sus piruetas de seda
sobre la tierra mojada.
  
 Allá, en la lejanía,
en la ventana de ámbar
unos ojos soñadores
persiguen sus huellas de agua.

Por sus giros, por sus pasos,
el misterio se derrama
y ata con lívidos lazos
las blandas trenzas doradas.

 Y el corazón de la niña,
amatista, oro y gualda,
galopa por sus estelas,
tras la pálida alazana.

En las orillas del río,
la luna baila que baila,
la luna sigue bailando
en la noche limpia y mágica.
                          (MjH)