En la estancia callada, recogida,
del piano las notas escapaban,
aludes de emociones desplegaban
en la lánguida tarde adormecida.
Tras un rayo de luz entristecida,
sones suaves la soledad llenaban,
las manos el teclado acariciaban
en la penumbra dorada y abatida.
Bajo acordes de cálidas cadencias
se sublimó el cénit de armonía
y halló el corazón reminiscencias
de otra tarde de dulce melodía.
La música brotó sin estridencias
y anegó el alma de melancolía.
MjH
aludes de emociones desplegaban
en la lánguida tarde adormecida.
Tras un rayo de luz entristecida,
sones suaves la soledad llenaban,
las manos el teclado acariciaban
en la penumbra dorada y abatida.
Bajo acordes de cálidas cadencias
se sublimó el cénit de armonía
y halló el corazón reminiscencias
de otra tarde de dulce melodía.
La música brotó sin estridencias
y anegó el alma de melancolía.
MjH