Yo te daré una noche de olvidos,
en nubes de suspiros engarzada,
de lamentos bajo palio arropada,
de sollozos
delirantes, contenidos.
Y te daré recuerdos desabridos,
emboscados en la ardiente almohada,
aquella que enlazó nuestra mirada
primaveras y otoños
encendidos.
Y beberás en esa sombra vana
el agrio icor de la pasión perdida
en crueles selvas de
engaño y desgana.
Y sentirás la pena encallecida
vagar insomne por la ausencia insana
de quien te amó con ansia enloquecida.
(MjH)