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En una peña escarpada,
En una peña escarpada,
rodeada de pinares,
señero y altivo se alza
el castillo Albenzayde.
Domina las altas sierras,
las lomas y peñascales,
las llanuras, los oteros,
y los verdes olivares,
los regatos y riachuelos
y lagunas 'salobrales'.
De sus murallas los ojos,
como grandes ventanales,
vigilan de noche y día
todo el inmenso paraje.
Dos torres sirven de escolta,
firmes, sacras y celestiales;
majestuosas en su forma
y humildes en sus modales,
lo guardan y le recuerdan
el motivo de sus males.
La Virgencica en su falda,
sin rendirle vasallaje,
evoca que aquel lugar,
si otro tiempo fuera árabe,
reconquistado quedó
por los señores feudales.
A su costado la ermita,
en su blancura brillante,
le quita la soledad,
lo acompaña en sus pesares.
¡Oh, castillo de “Hisn Lukk,”
castillo de “Venceaires”!,
¡cuánta historia y misterio
se esconden en tus adarves!
¡Cuánta sangre de valientes,
de esforzados capitanes,
corre entre tu añosa piedra,
tus muros y tus agaves,
cual fósiles milenarios,
vestigio de otras edades!
Ni tornado ni tormenta,
ni terremoto fatales
podrán nunca arrancar
tus raíces seculares.
con su prodigioso arte,
el pueblo en su pureza
su sinuosidad esparce
y ante ti se despereza
albo, nítido y radiante.
Y tú, hidalga fortaleza,
tan dura como el diamante,
noble adalid de entereza,
y de virtudes gigante,
con gran amor lo proteges
en tu vigilia constante.
No hay rincón que se te oculte,
ni sendero que se escape
a tu punto de atalaya,
de privilegio reinante.
¡Oh, castillo de mi pueblo,
de mis tierras ancestrales,
los que no podemos verte,
no podremos ya olvidarte!
MjH
Hermosísimo romance, donde la retórica propia de estos poemas laudatorios se carga de sentimiento auténtico por el lejano terruño y de emociones provocadas por la evocación del paisaje. ¡Felicidades!
ResponderEliminarY yo sin conocer Luque... ¡tendré que ir en cuanto tenga ocasión!.
ResponderEliminarEso sí, cuando haga más fresquete, que ahora es mala época.
Precioso el romance.
Un beso.
Gracias, Jaramos, por tu magnífica descrpción:-)
ResponderEliminarPues ya sabes, Marga; tenéis que animaros. Un beso, guapa. Y gracias por tu comentario.
ResponderEliminarMuy bueno, me encanta, me hace recordar esos atardeceres donde los ultimos rayos se delizan como dagas por los lienzos desdibujando la historia.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Francisco Javier. Por el contenido y por el lirismo de tus palabras. Saludos
EliminarMuy bueno, me encanta, me hace recordar esos atardeceres donde los ultimos rayos se delizan como dagas por los lienzos desdibujando la historia.
ResponderEliminarGracias, Francisco. Saludos.
EliminarEl titulo de este romance me traslada en el tiempo, es como el testimonio de mi adolescencia, me traslada al pasado, lleno de juegos entre estos muros, mil y una batallas y recuerdos.
ResponderEliminarMuy bueno Milagros.
Gracias, José. Saludos
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