domingo, 17 de septiembre de 2017

Me duele el dolor...






Me duele la voz,
me duele el silencio,
me duele el aroma
de los mirtos muertos,
me duele la rosa,
que deshoja el viento,
me duele el negror
que tapa sin miedo
la lúcida estrella
en el ancho cielo.

 ¡Me duele el dolor,
que tú estás  sintiendo!

Corroe tu alma,
la mina por dentro,
traspasa corazas
con ritmo violento
y clava su espina
de helado avispero
en las venas vivas,
que exhuman regueros
de tristeza amarga
y amargo lamento.

Un vasto dolor
sin puertas ni cercos,
que ahoga la risa,
que ahoga el aliento
y asfixia las ansias
de radiantes sueños.
Dolor desalmado,
hordas de tormentos,
de icebergs cortantes,
hirientes  y gélidos,
rae las entrañas
con filos de acero.

Pero es tu dolor
de hondo agujero,
el que me taladra
mi carne de hierro
y es el que dibuja
horizontes negros.

¡Me duele el dolor,
que tú estás sintiendo!
                      (MjH)


Y te marchas...



                                      ( "Flores muertas" de Paula Blanco. https://www.paulablancoart.com/collage/)

Y te marchas
sin un adiós, sin una despedida,
como un extraño
fantasma de hielo
que arrastra
cruces de agonía
y se va deshaciendo lentamente,
gota a gota, bajo la luz
del día.

Y te marchas
sigilosamente, a hurtadillas,
y en tu huida
perjura y avivada
vas marcando huellas de cobardía,
gélidos rastros
con buril perverso
de engaños, de misterios
y alevosía.

Y no se te llamó,
nadie te requería,
nadie su voz alzó,
nadie pidió tu venida.
Pero llegaste
como ladrón de horas,
como ladrón de sueños,
como ladrón de confianza
 y de vida.

Y ahora te marchas
sin un adiós, sin una despedida,
dejando atrás un fétido torrente
de flores corrompidas.

                               (MjH)

martes, 12 de septiembre de 2017

Camina el dolor...






Camina el dolor
por secos senderos
de cantos rodados,
de guijarros muertos,
de grietas ariscas
con simas de hielo.

¡Camina el dolor
por secos senderos!

Por otra vereda,
van mis pensamientos
rehuyendo alfileres,
que hieren por dentro
con púas afiladas
por manos de hierro.

¡Por otra vereda
 van mis pensamientos!

No te ensañes más,
dolor traicionero,
sigue tu camino,
sé huésped del viento,
no invadas mi espacio
con padecimientos,
no llenes mi vida
de gris desaliento.

¡No te ensañes más,
sigue tu sendero!
                     (MjH)