Una noche y otra noche,
y hasta de madrugada,
yo te esperaba.
Te esperaba
sentada en el estribo de mi sorda soledad,
apasionada.
Te esperaba
perdida en la arena de los sueños,
ilusionada.
Te esperaba
en el delirio de una noche de deseo
no colmada.
Y, apoyada en el borde del abismo,
yo te esperaba.
Pero la noche pasaba
y moría la esperanza.
Dolía el dolor de tu ausencia,
dolía el dolor de la añoranza
y dolía el cuchillo de la desesperanza.
Y una noche y otra noche
y madrugadas,
yo te esperaba.
MjH
MjH
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