Me asomaré en esta
noche blanca
a la magia que emerge
de la luna,
libaré su reflejo
duna a duna
y absorberé en mi
piel su savia franca.
Y sentiré cómo su hechizo arranca
delirios de esplendor
que el alma acuna
y alcanzaré, ¡dichosa
la fortuna!,
raptos de amor bajo
su luz estanca.
Reverberá la pálida
palmera,
sonreirá en dorado
desafío,
acogerá feliz la áurea esfera
y bañará de ardor y
desvarío
nuestra pasión, en
clara primavera,
de noche, fuego, luna, luz y brío.
(MjH)
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