Tarde de ocio.
No llueve. Ocasionalmente no llueve.
Un sol de justicia
amarillea los campos
y relucen con más
fuerza las amapolas,
poblando de belleza juanramoniana el paisaje.
Tarde de ocio.
Las cinco de la tarde.
Sin cogidas, ni sangre derramada,
sin toriles y sin penas.
Las cinco de la tarde.
Dentro
la música inunda con sus sones,
la música inunda con sus sones,
una a una, las aristas del salón.
“Yo no te pido una estrella azul”,
dice el cubano.
“Yo no te pido lo imposible",
grita mi corazón.
grita mi corazón.
Tarde de ocio. Ocasionalmente no llueve.
Tarde para el ensueño.
MjH
Es preciosa.
ResponderEliminarMe ha gusta mucho, Milagros. Quien escribe así, siente el latir de la vida a su alrededor. No pares.
ResponderEliminarMe ha gusta mucho, Milagros. Quien escribe así, siente el latir de la vida a su alrededor. No pares.
ResponderEliminarMe ha gusta mucho, Milagros. Quien escribe así, siente el latir de la vida a su alrededor. No pares.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMe ha encantado, Milagros. Desde la luterana y fría Holanda, poemas así son una ráfaga de sentimientos que caldean la existencia. Sigue así. No pares...
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan Manuel. Se hará lo que se pueda. ¿Cómo os va por aquellas tierras de tulipanes? Disfrutando a tope de las nietas, ¿no? Muchos besos para todos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar