Con pesares y alegría,
alegría y pesares,
crepita el alma mía
entre verdes olivares.
Entre olivares verdes,
donde la dulce mañana
tiende sus brazos de alerce
y sus manos de esperanza.
Y sus manos de esperanza
vibran con las
margaritas,
que brotan asilvestradas
en las vivaces campiñas.
En las vivaces campiñas
y en campos policromados,
por donde el viento respira
y el día va acariciando.
Y el día va acariciando,
antes de su edad finita
cuando el ocaso cerrado
devore su luz de guía.
Devore su luz de guía
y un manto de hoscas
sombras
cubra la tierra bendita
y los sueños de la
aurora.
Y los sueños de la aurora
agonizan lentamente,
buscando su nueva orla
en las aristas celestes.
En las aristas celestes,
que hilan el universo
con filamentos de éter
y lienzos de terciopelo.
Y lienzos de terciopelo,
que, con mimo, arrullarán
mis ilusiones y ensueños
hasta el nuevo alborear.
Con alegría y
pesares,
con pesares y alegría,
entre verdes olivares
crepita el alma mía.
MjH
No hay comentarios:
Publicar un comentario