Algún día
brillará el sol
traspasando con visos
lustrados
densos cirros de
desolación.
Algún día
luciérnagas de fe
vaciarán de desconsuelo
los huecos bolsillos del náufrago.
Algún día
alcuzas de justicia
alumbrarán rincones de quebranto
por las grietas amables de lo humano.
Entonces,
el corazón callado desplegará
estrellas por el orbe infinito
de las miradas muertas.
Entonces,
sonreirá Munch y su
grito
dormirá inerte y sin angustia
en la caja cerrada de Pandora.
Algún día
el verde candil de la
esperanza
iluminará las cavernas tóxicas de la ignominia.
¡Algún día!
MjH
Milagros, en éste bellísimo poema de esperanza vital que nos ofreces, no me ha sorprendido y sí entusiasmado que lo ennoblezcas con palabras de raices profundas de nuestro querido pueblo: Alcuza como medida de la esperada justicia y Candil para iluminar nuestras necesidades de luz.Enhorabuena. JNV.
ResponderEliminarGracias, José, por tu comentario. Ya sabes, las raíces siempre surgen a través de la lengua, las costumbres, las gastronomía. Lo que se respira de niños es lo que más prevalece. Un abrazo.
ResponderEliminarEsa es la luz del nuevo día que sueña y espera la buena gente, mientras va salvando las espinas y nieblas del camino.
ResponderEliminarAsí es, Inmaculada. Muchas gracias por tu comentario. Un fuerte abrazo.
EliminarPrecioso. Me encantan los futuros de los verbos, porque así se iluminan los presentes.
ResponderEliminarJosé Mª, gracias por tus palabras. Esa es la idea, iluminar el presente :-)
Eliminar