Dulces mis sueños,
suaves las olas,
mansa la brisa,
que mi piel roza.
Hilos de sol
la arena doran
y en las alturas
el cénit orlan.
Radiante playa,
que el agua moja
con melodías
tersas, mimosas.
Y por el aire,
ágil y airosa,
batiendo alas,
una gaviota.
De blanco nácar,
como la aurora,
pinta lunares
de blancas borlas.
Sereno el mar
sobre su colcha
mece veleros
de costa a costa.
Tras de sus pasos,
mi ilusión boga
en las espumas
de luz y sombra.
Y en tiernas jarcias,
mudas y blondas,
cuelga mi alma
de luna roja.
Dulces mi sueños,
suaves las olas,
mansa la brisa,
¡cómo me arroba!
(MjH)
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