Se despidieron y en el adiós
ya estaba la bienvenida.
M. Benedetti
Adiós, amigo y caro compañero.
Vas a partir a tierra no lejana
y dejarás vacío en la mañana
y sin tu luz este rincón postrero.
No se verá llegar por el sendero
tu tenue sombra, de tantos muy amada,
ni sonará tu voz acompasada
al ritmo fiel de un corazón sincero.
Quedan aquí los que hasta ayer gozamos
de tu amistad y de tu grácil verso.
Que aún no te has ido y ya añorando estamos
el aura pura de tu ancho universo.
¡No sea distancia, Antonio, suplicamos,
flagelo vil de este lazo almo y terso!
ya estaba la bienvenida.
M. Benedetti
Adiós, amigo y caro compañero.
Vas a partir a tierra no lejana
y dejarás vacío en la mañana
y sin tu luz este rincón postrero.
No se verá llegar por el sendero
tu tenue sombra, de tantos muy amada,
ni sonará tu voz acompasada
al ritmo fiel de un corazón sincero.
Quedan aquí los que hasta ayer gozamos
de tu amistad y de tu grácil verso.
Que aún no te has ido y ya añorando estamos
el aura pura de tu ancho universo.
¡No sea distancia, Antonio, suplicamos,
flagelo vil de este lazo almo y terso!
MjH
Equilibrio, mesura, dolorida contención en el momento de la separación del amigo. Parejas al perfecto cincelado formal, acabado clásico... de un poema emotivo y elegante. Enhorabuena, Milagros.
ResponderEliminarEso si que es una despedida con arte...suerte aquel que lo despiden de una forma tan elegante, emotiva...no todo el mundo es digno de tan lindas palabras. Felicidades, Milagros, una poesía así es mejor regalo que el oro.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
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