martes, 31 de marzo de 2015

Cayó la noche...







 Cayó la noche y, en su silencio hueco, 
 se desplomó sobre la tarde cálida
 de un estío de luna fría y pálida,
 cayó la noche con bruno embeleco.

 Arisca y terca atrapó el sordo eco
 del deseo quiescente en la crisálida
 y el tierno amor huyó con faz escuálida
 por los lares de un río turbio y seco.

 ¡Noche fatal, con saña y sin clemencia
 oscureces la estancia del camino
 a lomos de la más negra inconsciencia,

 y te ensañas con loco desatino,
 abriendo entre los dos, sin indulgencia,
 la brecha hostil que ciega su destino!
                                                    MjH

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