Sinfonía de colores
al despuntar la mañana.
Rojo, blanco, rosa, lila…,
¡acordes de sinfonía!
Se dan la mano cantando
gitanillas con geranios.
Lila, púrpura, naranja…
iluminan la ventana.
Tras el cristal, una niña
teje su trenza ambarina.
Naranja, blanco, ambarino…,
la estancia llenan de brillo.
Huyen sus ojos fulgentes
por los espacios
agrestes.
Ambarino, blanco, azul…,
en toda su plenitud.
Claveles y clavelinas
miran su cara divina.
Azul, blanco, malva, rosa…,
irisando mariposas.
Y su mirada clavada
Rosa, rojo, azul y gris…,
baladas de colibrí.
Y trepan las madreselvas
por las silenciosas rejas.
Gris, morado, rosa, verde…,
en el aire de poniente.
El embrujo de la tierra
de su sangre se apodera.
en el alféizar lustrado.
Del sutil misterio el aura
eternamente en su alma.
eternamente en su alma.
Sinfonía de colores
al despuntar la mañana.
MjH
Poema de una delicadeza extremada que deja ver el rico interior de la autora. No es fácil escribir en pareados y menos con la maestría que lo hace la autora. Me suena a Modernismo... al primer JRJ, al excelso Rubén Darío, al prolífico Villaespesa. Y no es una exageración ni desmerece de ellos. Enhorabuena!!!!
ResponderEliminarMuchas gracias, Juan Manuel. Tú, además de buen profesor, ¡eres un amigo! y me tratas con mucha benevolencia. Un beso. Otro para Mary Luz.
ResponderEliminar.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar