domingo, 15 de junio de 2014

Romance del abandono









                                                                           ( En memoria de Rafael de León)

¿Qué me queda si te vas?
¿Qué te queda si te alejas?

Si de tu cuerpo me exilias
y de tu alma me destierras
levantando concertinas
con mil volutas argénteas,
abriendo con la distancia
fosos de agua purulenta,
tapiando con argamasa
de silencio y de sentencia
las ventanas de tu casa,
de tu corazón las puertas,
¿qué me dejas si te marchas?,
¿qué te dejo si te ausentas?

Que el amor se va volando,
como vuelan las pavesas,
hacia témpanos remotos,
lejos de la roja hoguera
donde el fuego encadenaba
tu presencia y mi presencia,
a la pira de la nieve
y allí morirá el poema,
que el destino enamorado
fuera hilando letra a letra
con tu corazón y el mío
en latidos de magenta.

            ***

Por eso, si tú te vas,
llévate en tu vida a cuestas
mi alma hecha cenizas
para enterrarla en la brecha
de olvidos y de desdenes,
que tu orgullo sin fronteras
cavó con diente oxidado
de desespero y tristeza
en una grieta profunda
entre tu tierra y mi tierra,
donde quedaron hundidas
las ilusiones primeras.

       ***

¡Vete! No mires atrás.
¡Vete! Sigue tu carrera.
Busca tu alegría fatua
allá donde la tuvieras
y olvida que nos quisimos
un día de primavera
bajo limones dorados,
entre suspiros y quejas,
con promesas que murieron
al pie de las madreselvas.


¿Qué te queda si te vas?
¿Qué me queda si te alejas?

                                      MjH











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