miércoles, 28 de diciembre de 2016

Vano ideal



                                           ("A través de la ventana". Óleo de Leonardo Herrera)




Su boca hendida de amargor obsceno
ansiosa se halla de alegría vana
y ríe y ríe con honda desgana
por laberintos de hastío sin freno.

Su mirada turbia, como ocre cieno,
busca claridad y abre la ventana,
y mira y mira con codicia insana,
mas huye la luz por un mundo ajeno.

Quisiera regar de bondad la tierra,
de sabio juicio sembrarla al instante,
encender la paz, apagar la guerra.

Quisiera borrar de forma apremiante
la ira del hombre, y a ello se aferra,
mas cruel la maldad camina arrogante.
                                                  (MjH)



lunes, 19 de diciembre de 2016

Apagaré la luz para siempre










Si te arrastra el torrente del olvido
hacia ríos extraños, engañosos,
y el desvelo de tus días tormentosos
no lo asfixia nuestro juego enloquecido,

si la llama de otro tiempo acontecido
del corazón sus hilos vaporosos
no los prende con bríos vigorosos
al albur del recuerdo enardecido,

se escarchará la lágrima vertida,
se dormirá al punto mi lamento,
se esfumará nuestra pasión vivida,

se marchará feliz el sufrimiento,
se secará la fuente complacida,
se apagará la luz en un momento.

                                                 (MjH)

sábado, 17 de diciembre de 2016

Porque estás...





                                             ( "...Porque te miro y muero..."
                                                         M. Benedetti)


Porque estás
y no estás,
porque vienes
y te marchas,
como días sombríos,
como las noches claras.

Porque hablas
y no hablas,
porque me agitas
y me calmas,
como la tarde azul,
como la gris mañana.

Porque vuelas
y me vuelas,
porque te caes,
porque te alzas,
como cimas egregias,
como hondas quebradas.

Porque sueñas
y me sueñas,
porque anhelas
y abres tu alma,
como sépalos verdes,
como corolas granas.

Porque los tibios jugos
ahogan las gargantas,
porque tus firmes pasos
alientan la esperanza.

Porque, sin tus latidos,
el aire se me escapa
y la luz se detiene
y las tinieblas andan.

Porque tu breve instante
es infinita llama
y me respiras lento,
a suaves bocanadas.

Y porque tú me vives,
y porque tú me matas.
                                 (MjH)







miércoles, 23 de noviembre de 2016

El beso que no te di (soneto en dodecasílabos)






Mi boca jugosa conjugaba un beso,
de azahar tejido y de sentimiento,
que anidaba tímido, con latido lento,
en la piel tatuada de albo embeleso.

Insomne se hallaba buscando el acceso
a la boca amante de amor avariento,
aguardaba ansioso libarla sediento
por el cauce grana del labio confeso.

Llegaba la noche umbría y callada,
pasaban serenos los azules días,
prendido en la boca en ardor bañada,

el beso seguía en secas bahías
varado en la arena dolida y ajada,
naufragó en mares de melancolías.
                                            (MjH)

viernes, 28 de octubre de 2016

Coplillas de Candela la bailaora









Candela la de Triana,
gitana de gran realce,
con sus quince primaveras
es la sultana del baile.

Te baila por seguiriyas,
alegrías, soleares,
martinetes, fandanguillos,
peteneras, verdiales,

sevillanas y zorongos
mueven sus pies con donaire,
sin palos que se resistan
al embrujo de su talle.

Sus manos de turmalina
racimos de luna y arce,
dibujan en el vacío
lo que sus centros le manden.

Sus ojos de reina mora,
pozos de negro azabache,
chispas de pasión destilan
cuando las palmas le baten.

Y se quiebra su cintura,
como si fuera de alambre,
al rasgueo de la guitarra
y a los quejíos del cante.

Con ese armazón de fuego
de su estampa fascinante
va derramando en silencio
rubís, zafiros, granates.

Cuando agita su mantón
y su traje de volantes,
de filtiré va bordando
las esquinitas del aire.

Fantasía de bordones
de los cantes de levante
izan su cuerpo de ébano
enmarcadito en corales.

De mariposas la magia
surca todos los lugares
y rinde los corazones
al hechizo de su arte.

Que tiene duende esta niña,
-se pregona por las calles-,
que a los mozos enamora
y da envidia a las comadres.

No hay figura más galana,
que en el 'tablao' se alce,
tejiendo con sus tacones
mil filigranas de encaje.

Candela la bailaora,
de Triana el estandarte,
con sus quince primaveras
es la sultana del baile.
                         (MjH)


martes, 11 de octubre de 2016

Del álamo blanco...









Del álamo blanco
las hojas huían,
pétalos que fueron
de nácar un día,
y en un vals sereno
de melancolía,
por montes y valles
el viento movía.

Piruetas livianas
de etérea agonía,
su danza de muerte
con garbo ofrecían
a claras mañanas
y noches umbrías,
como ofrendas gayas
de su despedida.

Libres, anhelantes
de nuevas orillas,
bailaban un baile
de suaves caricias,
volutas de cobre,
de sangre investidas,
bajo el cielo gris,
sobre la campiña.

No brillan sus ojos
ni es jovial su risa,
la que en primavera
su  haz relucía
al son de los trinos,
rapsodias divinas,
de los ruiseñores
y las cardelinas.

Y se van ahora,
certeras caminan
a su destrucción
en jacas sin bridas,
reposando el vuelo
de su edad vencida
entre la hojarasca
huraña y mohína.

 ¡Oh, hoja de plata
en ocre fundida,
dejas con prestancia
tu pujante vida
y aceptas gozosa
tu fatal partida,
repartiendo sueños
en almas heridas!

                         (MjH)
















domingo, 2 de octubre de 2016

Pinceladas







Dulces mis sueños,
suaves las olas,
mansa la brisa,
que mi piel roza.

Hilos de sol
la arena doran
y en las alturas
el cénit orlan.

Radiante playa,
que el agua moja
con melodías
tersas, mimosas.

Y por el aire,
ágil y airosa,
batiendo alas,
una gaviota.

De blanco nácar,
como la aurora,
pinta lunares
de blancas borlas.

Sereno el mar
sobre su colcha
mece veleros
de costa a costa.

Tras de sus pasos,
mi ilusión boga
en las espumas
de luz y sombra.

Y en tiernas jarcias,
mudas y blondas,
cuelga mi alma
de luna roja.

Dulces mi sueños,
suaves las olas,
mansa la brisa,
¡cómo me arroba!
                             (MjH)


lunes, 26 de septiembre de 2016

Coplillas de la Mejorana



                                         ( "Gitana" de Andrew Atroshenko) 




Con la savia de tu cuerpo
voy a llenar una alberca
para que sus suaves aguas
mi piel recubran de seda.

De seda fina y brillante,
la que lucen las princesas,
y ocupar tu corazón
como si fuese su reina.

 Y como reina en tu trono,
colocaré una bandera,
pintada de azul y rojo,
de pasión y de pureza.

De pureza inmaculada
de virginales cosechas
con espigas que saluden
el querer de primavera.

Porque tu querer y el mío
andan por la misma acera
desde aquella noche clara,
alfombradita de estrellas.

Estrellas fueron tus ojos,
candentes como centellas,
que marcaron poco a poco
con fuego mis entretelas.

Ese fuego que se escapa
de tu mirada agarena,
que encarcelada me tiene
en una cárcel sin rejas.

Cárcel que es un imán,
que me atrae y que me lleva
a las fibras de tu alma
para sentirte muy cerca.

 Muy cerca estaré de ti,
arrebujada a tu vera,
mientras ilumine tu luz
las esquinas de mis venas.

 Que son mis venas el río,
 donde nuestro amor navega
 en barquita de cristal
 con sus cristalinas velas.
                                         (MjH)



lunes, 19 de septiembre de 2016

Se desploma agosto




Se desploma agosto
con su piel reseca
en la desnudez
de la estéril sierra.

Y cae de bruces
con su roja queja
sobre el pueblo cálido
y la ardiente era.

Esparce risueño
sus leños de hoguera
en los musgos mustios
de la vieja piedra.

Se derrumba tórrido
con pasión severa
en vacías calles
y en plazas desiertas.

Desmorona el alma,
brota la tristeza
por las bocas cárdenas
de encendidas penas.
  
Y nada se salva
del fuego que quema,
sólo sobreviven
tus ojos de espera.

Se desploma agosto
con su piel reseca.
                   (MjH)



miércoles, 7 de septiembre de 2016

Oda a la rutina




                                     (La novela romántica de Santiago Rusiñol)



Asidua rutina,
afloras ociosa, mustia, repetida,
por los vagos ríos de la carne viva.
Y, cuando tus sones de monotonía
extiendes hastiada con cadencia fría
por los arrabales de brumosos días
y por las entrañas de noches sombrías,
cual campana ronca, terca, decaída,
unges los rincones con piel deslucida,
incluso se carga de lastre la brisa
vaciando su tedio por altivas cimas.

Y con ese vuelo de costumbres fijas,
ritual solemne de marcha aburrida,
arropas sin luz las almas dormidas
y tu tez opaca, sosa, envejecida,
llena los espacios de dudosa dicha
con arpegios grises de gris armonía.

Denostada, infame, odiosa, anodina,
sin querer inflamas de calma la vida.
¡Bendita rutina!
                                  (MjH)

                             

miércoles, 10 de agosto de 2016

Soledad, no estás conmigo...









Soledad, no estás conmigo
en esta aventura adversa,
pues tus hebras invisibles
no acompañan mi carrera
y, si tú no estás conmigo,
sola, muy sola, me dejas.

Hasta los rayos del sol,
que asoman por las laderas,
borran su nota dorada
de los quicios de mi puerta.

No quieren los colibríes,
posarse sobre tu ausencia
y sus alas oscilantes
baten lejos de mi néctar.

Ni la vivaz buganvilla
osa coronar mi verja,
y trepan sus florecillas
por celosías ajenas.

Soledad, ven a mi lado,
da cobijo a mi tristeza
de mares sin horizontes
y de cielo sin estrellas,
que me desertan las nubes
y me persigue la niebla.

Soledad, no me abandones,
que está mi alma desierta,
haz que tu manto de nieve
me arrope en esta tormenta,
pues, si tú no estás conmigo,
¿quién compartirá mi pena?
                                      MjH

lunes, 1 de agosto de 2016

Se nos va el tiempo...









Se nos va el tiempo,
se nos va,
desangrándose
como un torrente
por los hostiles desagües
de la vida.

Se nos va así,
tontamente,
sin inmutarse,
sin decir “adiós”,
al emprender veloz su loca
despedida.

Se nos va por costumbre,
por rutina,
por atávica tradición
y, en su afán,
abre estelas de nostalgia
desmedida.

Se nos va como si nada,
desoyendo
la discordia
entre el ayer
y el hoy y el mañana,
¡batallas perdidas!

Se nos va sin mirar atrás,
matando
la esperanza,
demoliendo la fe,
devastando recuerdos,
asolando la risa.

Se nos va sin pensar,
sin preverlo,
en un viaje maldito
y, a su paso,
dejan de soñar las rosas
encendidas.

Se nos va codicioso,
y arrastra
el porvenir
y esparce deslucidas
las tristes hojas secas
de la pasión vivida.

Pero araña con empeño,
con saña
y con vigor
en su brutal huida,
notas de placer fugaz
mientras agoniza.

Se nos va el tiempo,
se nos va.
              (MjH)

lunes, 25 de julio de 2016

Mira...






Mira cómo se estremece
mi cuerpo cuando te veo,
por los poros de la piel
se me derraman los centros,
como cascadas de estrellas
encienden nuestro universo.

Mira mis ojos de sol
cómo destilan el fuego,
que prende cuando los tuyos,
dos pedacitos de cielo,
se clavan como cuchillos
y me desgarran por dentro.

Mira mi boca callada,
amapola de tus sueños,
cómo sin hablar te habla
y te desvela el secreto,
que las palabras no pueden
y que sí pueden los besos.

Mira mis manos de armiño
cómo expresan sin quererlo
el deseo que despiertan
tus pasos por el sendero,
madrigales armoniosos,
que encumbran los sentimientos.

Mira cómo reverbera
en mis oídos el eco
de tu enamorada voz,
que me roba hasta el aliento,
cuando te acercas a mí
 y me susurras requiebros.

¡Mira cómo me deshago
cuando me dices “te quiero”!
                                           (MjH)




sábado, 23 de julio de 2016

¡Dulce mañana!






Danzaban por el mar las ilusiones
y en crestas espumosas se mecían
de olas, que en la arena adormecían,
aromando el espacio de emociones.

Pintaba el sol los cálidos rincones,
crisol de luz, reflejos se esparcían
y en pleamar las almas se sentían
coronando de azul los corazones.

¡Dulce mañana, surges con pujanza
y embrujas radiante y bailarina
con fruto seductor la destemplanza,

 y, en  tu pureza áurea y cristalina,
cantas silente un himno de esperanza,
de plenitud serena y diamantina!
                                         (MjH)


martes, 21 de junio de 2016

Presentimientos





El aire se viste
con pálidos velos,
la luna se cubre
con un manto negro,
estrellas brillantes
apagan su celo
y vaga la noche
por hoscos senderos
en oscuros surcos
de presentimientos.

Sacude la lluvia
con perlas de duelo
el sentir del hombre,
su buscar inquieto
de infinita esencia,
de vivir eterno
en un mundo romo,
vacío, violento,
de trazos sombríos,
de sombrío espectro.

Y gotas minúsculas
de penar sin freno
riegan el espacio
de gris desconsuelo,
(¡el alma se hunde
 en pardos desvelos!)
Y sigue la noche
vagando en silencio
en oscuros surcos
de presentimientos.
                               (MjH)

martes, 24 de mayo de 2016

Romance de Angustias la Mejorana






(Con este romance les rindo un homenaje a todos los poetas que han sido y son autores de hermosas coplas, inundando de lirismo, sentimiento, pasión y garra, las letras de la canción española)



Me miraste y te miré
aquella alegre mañana
cuando tu calle subía
mientras que tú la bajabas
tan airoso y tan señor,
como torero en la plaza,
con ese andar tan gallardo,
que Manolete envidiara
y dos garzos alamares
adornándote la cara.
Y al punto yo me quedé
de tus encantos prendada,
porque tus mares de añil
inundaron mis pestañas
y las olas de tu risa
en sus crestas me enredaban.

No sé si te saludé,
ni si tú me saludaras,
porque mudas se quedaron
las cuerdas de mi garganta.
¡Y a fe que me camelaste
como yo te camelaba!

Tú seguiste tu camino,
yo a mis asuntos me andaba,
pero, al volver la cabeza,
se clavaron en mi alma
puñales de sentimiento,
puñalitos de hoja ancha,
y de par en par se abrieron
mis carnes a tu mirada.

Desde esa mañana alegre,
mañanita alegre y clara,
yo me pasaba los días
cargadita a tus espaldas,
con tus ojitos prendíos
en el forro de mi aura.
No hubo brida que me atase
ni freno que me frenara,
con mis alas puras y libres
a tu costado volaba,
que sólo se removían
los volantes de mi falda
con ese aire garboso
de tu figura galana.


Y me solté la melena
y con flores la adornaba,
y me puse mi corpiño,
con el que bailo en las zambras,
sobre mi camisa nueva,
en mi cintura anudada
y mi falda de percal,
la que me pongo en las galas,
con lunares encarnados
y  blondas en las enaguas.
Y me lancé como loca
por callejuelas y  plazas
a buscar tu gentil cuerpo
para beber de su savia.
Y te busqué en Doña Elvira,
y por la Plaza de España,
por Sierpes y el Arenal
por San Francisco y Santa Ana,
 y, al ver tu talle de junco
rondando la Maestranza,
se me encendió el corazón
cual cirio en Semana Santa.

A mi vera te acercaste,
me dijiste unas palabras,
que incendiaron mis mejillas
e iluminaron mi cara:

“¡Quién pudiera ser, morena,
ese corpiñito grana,
“pa” estar pegao a tu piel
de la noche a la mañana!”

A tu vera me acerqué,
mis lunas bien remozadas,
y al oído te canté,
con voz quedita y quebrada,
la copla que me brotó
del fondo de mis entrañas:

"¡Quién pudiera ser, serrano,
de tomillito esa rama,
que robaste de la sierra
y prendiste en tu solapa!"

Nos volvimos a mirar,
la candela nos quemaba,
y se besaron los ojos
mientras las bocas callaban.

No nos quitaban la vista
las comadres deslenguadas,
ni las vecinas chismosas,
que a voz en grito exclamaban:

“¡Qué se trae entre manos
el payo con la gitana!
Mira que ella es mocita,
y él, señorito de farras,
que tiene tres churumbeles
y una mujer rubia y alta
con anillito en el dedo,
que lo esperan en su casa!”

Y corrió la cantinela
por rincones y ventanas,
por los patios y cancelas,
por rejas engalanadas…,
el viento de punta a punta
por Sevilla pregonaba
esta historia de amoríos
al toque de las campanas
del Salvador, Gran Poder,
la Magdalena y Giralda,
Santa Paula, San Bernardo,
todas ellas repicaban
esparciendo por el río,
por la venta de Eritaña,
por calles y por callejas
la soleá desdichada:

“Tiene duquitas moradas
por un querer y una pena
Angustias la Mejorana”.


Y yo que tengo mi honra
y soy gitana de raza
de tu vera me aparté,
como el aceite del agua,
que del fuego del querer
intenté apagar las brasas
poniendo tierra por medio
entre tu estampa y mi estampa,
porque eres hombre casado
y eso yo lo respetaba.

Y supe desde aquel día,
desde esa negra mañana,
que llevaría una cruz
de clavos y agudas facas
colgandito de mi cuello,
como pesada medalla,
como cilicio de fraile,
de expiación atormentada.

Mas te juro por la Virgen,
la Virgen de la Esperanza,
esa madre primorosa,
que es la reina de Triana,
que en las vías de mis venas
y en los centros de mi alma
tu sangre paya será
siempre allí la soberana,
porque es gitana cabal
Angustias la Mejorana.
                                  (MjH)